Colombia en el Campeonato Mundial de Escalada
Arco de Trento – Julio de 2011

 
    Muro de dificultad. Foto Juan S. Arboleda    
             
   

Cuando recibí la llamada del Comité Pro-Federación de escalada diciéndome que habíauna oportunidad para participar en el mundial de escalada en Arco, no lo dude ni un instante. No tenía claro cómo iba a cuadrar en el trabajo ni cómo iba a arreglar todo lo del viaje empezando por la VISA, en menos de un mes que faltaba para iniciar la competencia, pero estas oportunidades no se surgen todos los días y se deben aprovechar. Afortunadamente todo se dio sin problemas y pudimos viajar con Mateo Cárdenas a representar a Colombia en el Campeonato Mundial de Escalada en Arco – Italia, un privilegio que muy pocos escaladores colombianos han tenido, tan pocos que se cuentan con los dedos de una mano.

Arco es un pequeño pueblo al norte de Italia donde se respira la escalada, pues está rodeado por farallones increíbles de piedra caliza, muchos de los cuales están completamente inexplorados. Fue aquí donde en 1986 se llevó a cabo uno de los primeros campeonatos de escalada en el mundo, realizado sobre roca natural, y donde a partir de entonces se ha realizado el famoso campeonato “Arco Rock Masters”. En este año en particular Arco logró ser la sede del campeonato mundial de escalada IFSC, el evento más importante de nuestro deporte realizado cada dos años en una ciudad diferente del mundo, que congrega a la mayor cantidad de escaladores en las tres disciplinas de la escalada deportiva: boulder, dificultad y velocidad. Este año además se realizó el primer campeonato de paraclimbing, escalada para discapacitados, uno de los requisitos para que este deporte sea incluido en los juegos olímpicos del 2020. En total compitieron alrededor de 700 deportistas en todas las modalidades, de alrededor de 60 países diferentes.

   
             
    Farallón detrás del muro (abajo en amarillo y blanco). Foto Juan S. Arboleda    
             
 

Llegamos a Arco el jueves 14 de Julio en la mañana con muchas expectativas, las de dos deportistas que se van a medir con los mejores del mundo. El campeonato iniciaría el siguiente día con la modalidad de boulder. Asistimos a una charla técnica en la tarde donde nos dieron el orden de salida para las eliminatorias: Mateo competiría hacia las 2:30 pm; yo, mas o menos a las 6:30 pm, es decir, estaría en concentración aproximadamente 8 horas…, digamos que en eso estamos bien entrenados.

   
Desfile de inauguración. Foto Juan S. Arboleda      
 
Juancho bloque 3. Foto Diana Cárdenas
 
   

Llegamos al siguiente día a la concentración en punto de la hora de apertura, 10 am. Nos registramos y entramos a la zona de aislamiento, un polideportivo cubierto muy amplio, con cuatro desplomes suaves para calentar y un quinto desplome mas fuerte afuera. Allí nos comenzamos a codear con personajes como Adam Ondra, Kilian Fishuber, Cedric Lachat y otros ilustres del mundo de la escalada que se destacan permanentemente, además de casi 140 escaladores más de 56 naciones diferentes, que son los mejores de sus respectivos países, todos hablando idiomas diferentes pero compartiendo exactamente la misma pasión. Al verlos pensé lo exigente que estarían estas rondas eliminatorias pues solamente 26 escaladores pasarían a la semi-final, y de éstos, solo los 6 mejores lo harían hasta las finales. Sería una dura prueba también para los ruteros.

Llegaron las 12m y la competencia inició, de uno en uno iban evacuando las listas de competencia, poco a poco la zona de aislamiento se iba desocupando la cual, cabe anotar, es completamente de aislamiento, no hay oportunidad ni de ver ni de escuchar lo que está pasando afuera. Llegó el turno de Mateo para salir, a quien le desee todos los éxitos. A mí aún me faltaban unas horas de espera así que dormí un poco y estuve hablando con otros escaladores de Ecuador, Brasil, Chile y Portugal, algunos de ellos con más experiencia en estos eventos, otros en mis mismas condiciones.

Cuando faltaban unos cuarenta minutos para mi salida inicié el calentamiento de rigor, unos cuantos movimientos hasta que los antebrazos sintieran el primer “empopeye” seguido por bloquecito “suave” con los competidores que aún quedaban, que también es una oportunidad para irse midiendo. Y bueno, finalmente llegó mi turno, la hora esperada. Me condujeron de la zona de aislamiento a la zona de tránsito donde también están los escaladores que descansan entre boulders. Allí me explicaron el orden de competencia:  5 bloques con 4 minutos para resolver cada uno y 4 minutos de descanso entre bloques. Sonó el timbre y salí al primer bloque: una placa vertical en las que normalmente soy bueno. Leí todos los pasos, a primera vista no se veía tan complicado pero me monté en el arranque y ya no lo vi nada fácil! un paso largo de hombro hacia una presa regular. Logré llegar aunque muy exigido, cambié los pies esforzadamente y ahí quedé intentando hacer algo, pero finalmente caí. Bueno, un respiro, analizar el bloque, buscar otras lecturas, no mucho más que ver y nuevamente me monté y la historia sería la misma en los siguientes intentos…, ¡no logré pasar de la segunda presa!, ¡bienvenido al mundial de bloque!!

   
             
    Juancho y Mateo discutiendo los bloques. Foto Diana Cárdenas    
             
   

Volví a la zona de tránsito para descansar los siguientes cuatro minutos con varios pensamientos en la cabeza, ¿todavía estaría afectado por el largo viaje?, ¿se le habrá ido la mano a los ruteros?, ¿cómo le habría ido a Mateo?, tal vez los próximos bloques estén más asequibles o se me acomoden más…, en fin. Tomé agua, unas cuantas respiraciones para relajarme y me preparé para salir nuevamente pensando en apretar hasta el último músculo, en dejar todo lo que tenía, sin embargo la historia no sería muy diferente en los bloques 2 y 3, rutas extremadamente exigentes desde el arranque caracterizadas sobretodo por presas malas, tanto de manos como de pies, y pasos técnicos y mucha tensión corporal. A pesar de mis mejores esfuerzos no lograba pasar mucho más allá del arranque. Finalmente y gracias a la técnica más que a la fuerza logré en el bloque 4 llegar a una presa intermedia llamada “bonus”, aunque desde ahí hasta el top el bloque me pareció imposible, pero al menos ya no me iría con la libreta completamente en ceros. Nuevamente cuatro minutos de descanso y a enfrentar el último bloque: un arranque de dos presas pequeñas, un envión largo con pies malos hacia un módulo con una presa roma muy difícil de dominar, luego un paso delicado para reunir en el mismo módulo y… para abajo, a pesar de esforzarme al máximo y de poner en práctica todo lo que he aprendido en mis 12 años de carrera deportiva, no me permitió llegar más allá de este módulo. Finalizaron los cuatro minutos y finalizó así mi participación en la modalidad de boulder.

Me encontré con Mateo quien me dijo que, al igual que yo, no había logrado pasar mucho más allá del arranque en ningún bloque y me confirmó el altísimo grado de dificultad, pues otros excelentes escaladores de bloque que conocemos como Carlo Traversi de USA o André Beresozki de Brasil lograron hacer solo un top y uno que otro bonus, sin embargo quienes pasaron de primeros a las semi-finales, los mejores del mundo, lograron realizar hasta 4 tops!!. Ya se imaginarán el nivel de esta competencia pues tanto Mateo como yo hemos ganado campeonatos nacionales de boulder en varias oportunidades, y en este evento no logramos casi ni rasguñar las rutas propuestas!!. Sentimientos encontrados y un duro golpe de realidad pues la verdad esperábamos un mejor rendimiento, aunque satisfechos de haber podido participar, foguearnos con la élite mundial y saber cuánto nos falta, lo cual ya trae todo un aprendizaje.

Las semifinales y finales de boulder fueron el siguiente domingo y ofrecieron un show espectacular, sin duda uno de los eventos deportivos más emocionantes a los que haya asistido. Los ruteros prepararon 4  boulders de extrema dificultad, no solo física sino también de interpretación o lo que llamamos “lectura”. Fue una actuación impresionante de todos los finalistas en la cual se coronaría campeón el ruso Dmitry Sharafutdinov, quien logró realizar los 4 bloques en 5 intentos, una máquina. En segundo lugar se ubicó el checo Adam Ondra y en tercer lugar quedaría el también ruso Rustam Gelmanov. Los dos últimos también lograrían realizar los cuatro bloques pero en más intentos. Dos cosas nos quedaban claras hasta el momento, una es que Rusia es una superpotencia en escalada, la otra es que para tener el nivel de estos escaladores se debe ser un deportista profesional.

   
             
 
    Semifinales masculinas. Foto Juan S. Arboleda   El equipo colombiano en el farallón de Nomesino    
             
   

La competencia de dificultad sería hasta el siguiente jueves, por lo que tuvimos varios días para conocer Arco y sobretodo, las opciones de escalada en roca que ofrece. Iniciamos en uno de los parques más tradicionales, la Falesia Policromuro o más conocido como Massone, a solo 5 minutos de Arco. Es un parque dividido en 5 sectores uno de los cuales, “Il Pueblo”, guarda varias de las rutas de mayor nivel de Italia y es mundialmente conocido por la vía “Undeground”, cotada en 9a o 5.14d, tal vez la más dura de este país. La particularidad de esta ruta es que es completamente artificial pues discurre a través del techo de lo que en algún tiempo fue una cantera de piedra caliza para la construcción de edificaciones cercanas, es decir, los agarres son las huellas que quedaron de aquella extracción. Estando allí aproveché para montármele por la fama que tiene la vía y para sentir la dificultad de sus pasos, y aunque pude hilar varias secciones no logré resolver muchos de los tramos claves, pasos de bloque de dificultad mayor a V10 seguramente, sin embargo el hecho de haberla intentado ya cuenta.

Estos días el ejercicio que establecimos con Mateo fue sobretodo trabajar rutas a vista con miras a la competencia de dificultad, además de preparar los músculos para la resistencia. Las rutas en estos parques se caracterizan por ser muy largas, de 25 a 35 metros de longitud, y también muy continuas sin muchas presas para descansar. Además por ser piedra caliza, diferente a la arenisca que abunda en Colombia, los agarres son muy diferentes con predominio de pinzas y regletas no muy definidas, es decir, es un estilo de escalada diferente para nosotros. Nos le montamos a varios 5.12d, los cuales nos sorprendieron por su alta dificultad que fácilmente podrían ser 5.13a en Colombia. Finalmente después de varios días de escalada conseguimos varios logros, unos 12d On-Sight y al flash, y un excelente 5.13b al tercer intento.

   
             
Juancho en Underground. Foto Juan S. Arboleda
             
 

Finalmente después de estas jornadas de escalada en roca y de un día de descanso, llegó el día de las eliminatorias de dificultad. Llegábamos a esta eliminatoria con más expectativas pues en general el corto entrenamiento que habíamos tenido en Colombia antes del campeonato estaba más enfocado a la resistencia, además ya habíamos tenido casi una semana de “aclimatación” y  habíamos logrado escalar en los días previos. Para las eliminatorias dividieron a los 130 escaladores en dos grupos, cada grupo escalaría dos rutas al flash. Una de las rutas era la misma para ambos grupos, y la otra diferente para cada uno pero con un nivel similar. Se hizo de esta manera para poder evacuar a todos los escaladores en un tiempo razonable.

   
Ramón Julián en las semifinales de dificultad        
   

Como las rutas eran al flash, en la zona de concentración dispusieron dos televisores en donde mostraban cíclicamente cómo uno de los ruteros hacía las vías propuestas. Mateo saldría en el otro grupo, sin embargo ambos escalaríamos en primer lugar la vía que compartían los dos grupos, por lo que estudiamos el video juiciosamente, los lugares de reposo, las presas para chapar, la forma y el lugar para coger las presas, entre otras cosas, y luego nos dispusimos a calentar.

Llegó el inicio de la competencia y el primer escalador que salió de mi grupo fue Ramón Julián Puigblanque del equipo español, un escalador que con sus 1.58 cm de altura y 29 años ha conquistado todos los torneos existentes a nivel mundial en esta modalidad, y que era sin duda uno de los favoritos a llevarse este campeonato. Como era de esperarse, despachó la primera ruta sin mucha dificultad. Luego pasaron otros escaladores fuertes que conocíamos como Mauricio Huertas de México o Esteban Egüez de Ecuador, quienes nos sorprendieron al caer casi en la mitad de la vía, la cosa no estaría fácil.

Del equipo colombiano el primero en salir a competir fue Mateo quien tras un muy buen pegue llegó a una altura similar a la del escalador Mexicano. Ya se aproximaba mi turno y me fui a la zona de tránsito para prepararme mentalmente y controlar los nervios, inevitables a pesar de tantas competencias. Me puse los gatos, me amarré la cuerda y salí a mi primera ruta. Este es un momento de mucha tensión, estar parado frente a este imponente muro de 18 metros de altura y saber que solamente se tiene una oportunidad para hacer el mejor intento. Se ve tan diferente la ruta desde el puesto del espectador!!. Un último respiro, magnesio en las manos y comencé mi escalada, la cual se fue dando fluidamente. Una ruta muy técnica de presas pequeñas pero buenas, que como imaginábamos, no permitía muchos reposos por lo que se debe escalar rápida y efectivamente. Logré superar el punto donde había caído Mateo y todavía me sentía bien, chapé la siguiente cinta y logré hacer 4 movimientos más para darme cuenta que ya tenía los antebrazos fatigados y los codos levantados, agarré la siguiente presa pero era un romo malo del cual debería chapar, a sabiendas de que si lo intentaba seguramente no lograría hacer más, por lo que la decisión fue lanzarme a tocar la siguiente presa y caer. Todo ocurre muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos ya estaba nuevamente en el suelo aunque estaba satisfecho pues había hecho un buen pegue, llegué a la presa 27, sin embargo el top estaba aún 20 presas mas arriba.

La segunda ruta parecía ser algo más exigente, tanto la de Mateo como la mía, y efectivamente así se sintió. Los agarres no eran tan buenos y habían pasos más duros y comprometidos, sin embargo también logré hacer un buen intento, cayendo con los antebrazos completamente fatigados a la altura de la presa 26. A pesar de no haber llegado hasta el top, calculo que la dificultad de estas vías podía estar alrededor del 5.13d. Así continuamos viendo los demás escaladores que pasaban por las rutas, algunos cayendo más abajo, otros más arriba, algunos llegando muy cerca del top en un intento muy batallado, otros logrando encadenar fácilmente.

De los 130 escaladores que éramos en la eliminatoria, solamente 6 lograron hacer top en las dos rutas, y otros 6 hicieron top en una de las dos. De esta manera solamente 25 escaladores pasaron a las rondas semifinales. Yo finalicé en el puesto 71 de la clasificación general en dificultad, Mateo logró el puesto 113, y así finalizaría nuestra participación en el campeonato mundial de escalada en Arco.

   
         
       
    Premios Salewa y LaSportiva. Foto Juan S. Arboleda    
         
   

La noche del jueves asistimos a un evento muy importante para nuestro deporte que son los premios Salewa y LaSportiva, algo así como los “Oscar” de la escalada, el cual fue realizado en la plaza central de Arco. Fue muy interesante hacer parte de este evento pues allí estaban reunidos muchos de los mejores escaladores de varias generaciones. Personajes como Lyn Hill, Francoise Legrand, Yuji Hirayama, Chris Sharma y Adam Ondra estaban presentes. El premio Salewa es el reconocimiento a un escalador que haya sobresalido en el último año por sus logros en escalada en roca, y en esta oportunidad la batalla estaba reñida con varios nominados, sin embargo el premio se lo llevó indudablemente el checo Adam Ondra, quien a sus escasos 18 años ha conseguido logros como varias rutas 5.14c a vista y el encadenamiento de algunas de las vías más duras del mundo, cotadas en 5.15b. Por otro lado el premio LaSportiva reconoce a un escalador sobresaliente por su desempeño en competiciones en el último año, y en este caso el ganador fue Ramón Julián Puigblanque, quien se llevó el año pasado la copa mundial de escalada de dificultad y el campeonato de Europa.

   
             
 
Angela Eiter resolviendo el paso clave de la final. Foto Mateo Cárdenas   Ramonet después de haber hecho top en la final. Foto Juan S. Arboleda
             
   

Llegaba así el último sábado de competencia donde se llevarían a cabo las finales de velocidad y dificultad, tanto masculinas como femeninas. En la modalidad de velocidad los colombianos no competimos, pero nos quedamos asombrados como siempre de la agilidad de estos deportistas, y tuvimos el privilegio de ver romperse una vez más el record a manos del chino Qixin Zhong, quien en la ruta final logró un increíble tiempo de 6.26 segundos para recorrer los 15 metros de altura de esta vía.

En el caso de dificultad, al igual que en el boulder, las finales fueron un espectáculo asombroso, con más de 5000 espectadores presenciando el evento, además de cubrimiento por televisión en vivo. En las mujeres fue impresionante el dominio austriaco, pues de las 8 escaladoras que pasaron a las finales, 5 (el equipo completo) eran de este país. Finalmente la vencedora fue Angela Eiter, la más veterana de todas, quien aunque no era la más favorita impuso su experiencia y de una manera completamente inesperada resolvió el paso clave en donde cayeron todas sus rivales. En el caso de los hombres la situación estaba muy cerrada pues el español Ramón Julián y el austríaco Jakob Schubert iban empatados con tops en todas las rutas de las rondas anteriores. El checo Adam Ondra salió a competencia y de manera fácil ascendió hasta llegar al último movimiento, un lance al top. Logró tocar la presa final pero no pudo dominarla y cayó sumido en un grito de rabia. Era el turno de Jackob Shcubert quien también subió rápidamente, haciendo parecer fácil esta ruta que rondaba el grado 5.14b, sin embargo al llegar al último movimiento realizó el lance, logró sostenerse una fracción de segundo del top pero no pudo dominarlo y también cayó. El último lugar estaba reservado para Ramonet, quien mostró una clase sin igual de escalada, una efectividad y seguridad impresionantes, llegó al último movimiento y, a pesar de su corta estatura, tomó impulso y agarró el top decididamente y permaneció colgado de un solo brazo mientras respondía con una sonrisa la ovación del público, y así colgado, chapó la última cinta. Un final espectacular para este evento.

Y tan rápido como llegó pasó este campeonato mundial del que tanto Mateo como yo aprendimos más de lo que nos hemos dado cuenta, en el cual pudimos vivir por unos días el mundo de estos profesionales de la escalada y vislumbrar el nivel de los mejores, pues éste fue el objetivo desde el principio. Pudimos caer en cuenta del largo camino que nos queda, no tanto a él ni a mi como escaladores particulares, sino a la escalada como deporte en Colombia, para llegar a ser competitivos a nivel mundial. Soy consciente de que este es un proceso y que estos son los primeros pasos, es un proceso que requiere organización, disciplina y compromiso, tanto de deportistas como de entes gubernamentales y empresa privada, pero tengo la confianza de que esta vez el proceso va por buen camino con el reestablecimiento de la Federación que es el vehículo para vincular todos estos participantes, y que no solamente es clave sino completamente necesaria para que la escalada salga adelante. También me da confianza ver la cantidad de jóvenes escaladores nacionales que están surgiendo, alcanzado rápidamente logros que hace unos años parecían impensables.
   
             
       
    Podio dificultad. Foto Juan S. Arboleda    
             
   

Quiero agradecer a la Comisión Pro Federación de Escalada, especialmente a Oscar Agüera, quien fue el facilitador para hacer posible esta participación. También un agradecimiento especial a MonoDedo, empresa que desde hace varios años me ha apoyado como deportista y que permanentemente muestra su compromiso con el desarrollo de la escalada en Colombia, a The North Face que nos apoyó con uniformes, a Zona de Bloque, el gimnasio de escalada donde entrenamos, y a todos los familiares, amigos y escaladores que estuvieron con nosotros desde la distancia. Finalmente tengo la certeza que esta participación no será un hecho aislado para Colombia en el futuro cercano por las condiciones que se están propiciando, y espero poder continuar aportando al crecimiento de la escalada con mi conocimiento y experiencia.

   
             
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